En agosto, la tormenta tropical Hilary atravesó el sur de California, y causó a su paso deslizamientos de tierra e inundaciones devastadoras. Hilary fue la primera tormenta tropical que azotó esta parte de Estados Unidos desde 1997. La primera alerta de tormenta tropical se dio para el sur de California.
Este tipo de tormentas son frecuentes en la costa este de Estados Unidos y el Golfo de México. En esta zona, las corrientes de agua cálida cercanas al ecuador se desplazan hacia el norte, en dirección a tierra firme. El agua cálida proporciona la energía que necesitan las tormentas tropicales para formarse. Los vientos a veces llevan estas tormentas a la orilla.
En la costa oeste, las corrientes de agua fría del norte se desplazan hacia el sur, hacia el ecuador. Como el agua del océano es más fría, no suele haber la energía necesaria para provocar tormentas tropicales cerca de California. La mayoría de las tormentas tropicales no llegan tan al norte de Estados Unidos. Los vientos tienden a llevar las tormentas más mar adentro, donde pierden energía.
Este verano tuvo lugar El Niño, por lo cual el océano Pacífico ecuatorial estuvo más cálido de lo habitual. Las aguas de la costa cerca de California estuvieron más cálidas de lo normal. Como resultado, hubo más energía disponible y se produjo la tormenta tropical Hilary, que se intensificó rápidamente y se convirtió en un huracán. Los vientos dirigieron la tormenta hacia el sur de California. Al desplazarse hacia el norte, a aguas más frías, la tormenta se debilitó y tocó tierra en California como tormenta tropical.
Según los expertos, las condiciones que provocaron esta tormenta fueron poco comunes, pero podrían repetirse. Aún no se conoce bien el impacto del cambio climático en los huracanes, pero lo que sí se sabe es que las aguas del océano siguen calentándose.
Y tú, ¿qué piensas? ¿Debe prepararse California para más tormentas como esta? ¿Por qué sí o por qué no?
Photo Credit: Artsiom P/Shutterstock