Habían dado las doce del mediodía del martes 5 de marzo en 1969 en el este de Los Ángeles. De repente, miles de estudiantes de cuatro escuelas secundarias diferentes se levantaron y abandonaron sus aulas al mismo tiempo. Comenzaron a protestar de manera pacífica. ¿Por qué abandonaron el aula y por qué motivo protestaban?
En esa época, más del 75 por ciento de los estudiantes del este de Los Ángeles eran mexicano-estadounidenses [estadounidenses vinculados a México por nacimiento o herencia]. Las escuelas del este de Los Ángeles recibían menos fondos que cualquier otra escuela de la ciudad. Se castigaba a los estudiantes si hablaban español en la escuela. Tenían muy pocos maestros o administradores de ascendencia mexicano-estadounidense y no se les enseñaba sobre la historia o la cultura mexicana. Además, se presionaba a los estudiantes mexicano-estadounidenses a tomar clases que los prepararan para trabajos manuales en lugar de aquellas que los prepararan para ir a la universidad. No estaban recibiendo el mismo nivel de enseñanza que los estudiantes de otras escuelas de Los Ángeles.
Sal Castro, uno de los pocos profesores mexicano-estadounidenses del este de Los Ángeles, comenzó a enseñarles a sus estudiantes sobre la historia y cultura mexicana. Inspirados por el movimiento de derechos civiles en el “sur profundo” del país, los estudiantes comenzaron a organizarse siguiendo las ideas de Castro. Se reunieron con la junta del distrito escolar para pedir más igualdad en sus escuelas. La junta ignoró sus pedidos, por lo que los estudiantes decidieron protestar con una huelga.
Los estudiantes se enfrentaron a una gran resistencia por parte de las autoridades. La policía trató de hacerlos regresar a la escuela. Golpearon a algunos estudiantes y arrestaron a 13 personas, incluido Sal Castro, quien perdió su puesto como profesor. Aún así, los estudiantes mantuvieron la huelga durante los cuatro días que siguieron. El movimiento creció en todo el suroeste de Estados Unidos. Más de 10,000 estudiantes, de todas las etnias, se sumaron a la huelga. La junta del distrito escolar se reunió y aceptó algunas de los pedidos de los estudiantes. Pero alegó que no tenía fondos para satisfacer los demás pedidos. Se retiraron los cargos contra los manifestantes arrestados, y se restituyó a Sal Castro como profesor.
Los efectos de las huelgas no se limitaron a un puñado de mejoras menores en las escuelas. Los mexicano-estadounidenses comenzaron a hacer oír su voz en la comunidad de Los Ángeles. Además, allanaron el camino para que muchos estudiantes hispanos [estudiantes vinculados por nacimiento o herencia a países de habla hispana] pudieran exigir la igualdad en sus escuelas.
Y tú, ¿qué piensas? ¿De qué maneras crees que se puede mejorar la enseñanza en tu escuela? ¿De qué manera sugerirías mejorar la situación?
Photo Credit: Hal Schulz/Los Angeles Times/Getty Images