El sábado 7 de noviembre, tras cuatro días de espera, los estadounidenses se despertaron ansiosos por saber quién ganaría las elecciones presidenciales de 2020. El ex vicepresidente Joe Biden, del partido demócrata, había obtenido más votos que el presidente Donald Trump, del partido republicano. Pero aún no se anunciaba al ganador. ¿Por qué esa demora?
Para las elecciones, en cada condado de Estados Unidos se contratan funcionarios electorales. Los funcionarios electorales tienen un rol muy importante en una democracia. Reciben a los votantes en el centro electoral y contestan sus preguntas. Procesan las boletas, o las hojas donde aparecen los nombres de los candidatos por los que pueden votar los estadounidenses. Verifican las firmas de los votantes. Se aseguran de que las boletas sean válidas, o correctas. Por último, ayudan a los votantes a escanear sus boletas en una máquina parecida a una impresora gigante. Luego se realiza el recuento de votos.
Una vez contados los votos en un estado, se determina quién es el ganador. El ganador recibe los votos del colegio electoral de dicho estado. En el sistema de colegio electoral, la gente vota para indicarle a su estado quién debería ser presidente. Luego los estados votan por el presidente. Cada estado tiene una cierta cantidad de votos del colegio electoral que está determinada por su cantidad de habitantes. Un candidato necesita 270 votos del colegio electoral para ganar la presidencia.
En la mayoría de las elecciones, se anuncia, o se declara, al ganador la misma noche del día de las elecciones, una vez que cerraron los centros electorales y se contaron la mayoría de las boletas. Este año fue diferente. Por la pandemia del COVID-19, votaron por correo más personas que nunca. En la votación por correo, la gente puede rellenar la boleta en casa. Luego, puede ponerla en un buzón, o llevarla a una oficina postal o a un centro electoral. En el caso de las elecciones de 2020, tuvieron que contarse más boletas que de costumbre después del día de las elecciones. Además, hubo un número récord de votantes, sobre todo de personas jóvenes. Emitieron su voto unos 160 millones de estadounidenses, una cifra jamás alcanzada antes. Llevó mucho tiempo contar todos esos votos.
Durante cuatro días, no solo estadounidenses sino personas en todo el mundo esperaron con impaciencia la noticia de quién sería el siguiente presidente de Estados Unidos. La decisión la tomaría un puñado de “estados pendulares”, o estados donde ambos partidos tienen una cantidad similar de seguidores. Esta vez el estado donde las elecciones estuvieron más peleadas fue Pensilvania. En ese estado, los resultados estaban tan parejos que tuvieron que contarse casi todos los votos para conocer al ganador. Los republicanos tenían que ganar en este estado para seguir teniendo la oportunidad de ganar las elecciones, pero el sábado por la mañana quedó claro que los demócratas habían obtenido más votos. Entonces Joe Biden alcanzó los 270 votos del colegio electoral que necesitaba para ganar las elecciones. Se convirtió en el presidente electo; y Kamala Harris se convirtió en la vicepresidenta electa, la primera persona negra y mujer en obtener ese puesto.
Y tú, ¿qué piensas? Hay mucha gente que se alegra de que Joe Biden haya ganado la presidencia. Hay gente que está muy frustrada porque Donald Trump perdió. ¿Qué problemas o desafíos crees que tiene un presidente nuevo después de elecciones tan peleadas?
Photo Credit: Official White House photo by David Lienemann. Library of Congress Prints and Photographs Division [LC-DIG-ppbd-00605]