Adelante y atrás

El horario de verano tiene un pasado largo y complejo. Pero, ¿tendrá un futuro?

¿Te preguntaste alguna vez por qué se adelantan y atrasan los relojes? Dos días al año, mucha gente ajusta sus relojes al horario de verano. En marzo, se adelanta una hora para ganar una hora de luz más. En noviembre, se atrasan los relojes una hora para ajustarlos al horario estándar. El objetivo inicial del horario de verano era reducir el consumo energético. Esas horas extra de luz en los meses de primavera y verano significaban un menor uso de electricidad. Sin embargo, ahora se discute sobre de dónde vino la idea del horario de verano.

El pasado del horario de verano está lleno de confusiones. Según donde vive la gente, se discute sobre si el horario de verano es beneficioso o no. Por ejemplo, quienes viven más alejados del ecuador se benefician de más horas de luz durante el horario de verano, pero no así quienes viven más cerca del ecuador. En 1966, el Congreso promulgó la Ley de Horario Uniforme. En 2007, se la modificó al agregarse cuatro semanas más de horario de verano. En esta ley, se define cómo han de ajustarse los relojes hoy en día, con seis meses de horario de verano de marzo a noviembre y seis meses de horario estándar de noviembre a marzo.

No todos los países tienen horario de verano. De hecho, ¡hay estados de Estados Unidos que tampoco lo tienen! Esto se debe a que aún se sigue discutiendo si el horario de verano reduce el consumo energético. Según algunos estudios, la reducción del consumo energético depende de la ubicación de un país en la superficie de la Tierra.

Y tú, ¿qué piensas? ¿Por qué crees que la ubicación de un país en la superficie de la Tierra determina si el horario de verano reduce el consumo energético en dicho país? ¿Crees que debería seguir existiendo el horario de verano? Investiga más y desarrolla un argumento para compartir con la clase.

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