Los pulpos se encuentran en todos los océanos del mundo, desde las costas poco profundas hasta las profundidades más oscuras. La única parte dura de su cuerpo es el pico, que usan para romper y abrir los cangrejos y almejas de los que se alimentan. Para proteger sus cuerpos blandos de los depredadores (animales que cazan a otros animales), los pulpos tienen muchos trucos. Son expertos en el camuflaje (la capacidad de confundirse con su entorno). Pueden cambiar de color, de textura y de forma para evitar a los depredadores.
Los pulpos tienen órganos especiales llamados cromatóforos, que les permiten cambiar de color casi instantáneamente. Estos órganos contienen pequeñas bolsitas con pigmentos de distintos colores. Entre estos colores están el rojo, el amarillo y el marrón. Las bolsitas pueden expandirse o contraerse para mostrar más color o menos color, hasta coincidir con el entorno. Los pulpos también tienen células especiales que reflejan la luz, alterando el brillo de los colores de acuerdo con el ángulo de la luz.
Los pulpos pueden cambiar la textura de su piel para imitar la textura de las rocas o del coral. Su piel tiene pequeñas papilas que pueden hacerse más grandes o más pequeñas para ayudarles a confundirse con su entorno.
El camuflaje no es el único método que usan los pulpos para engañar a los depredadores. También copian la forma de otros animales marinos como el pez león y las serpientes de mar, a los que la mayoría de los depredadores no se atreven a atacar.
¿Y qué ocurre si no basta con estos disfraces? Los pulpos liberan una nube de tinta negra y usan propulsión a chorro para escapar rápidamente. Tienen músculos que aprietan su bolsa de tinta para enturbiar el agua y hacer que el depredador vea con dificultad. El pulpo aprovecha ese momento. Toma agua y la expele a traves de su sifón (un pequeño tubo que tiene un extremo más estrecho que el otro), ¡y sale disparado a velocidades de hasta 25 mph!
¿Qué puedes hacer tú? ¿Qué otros animales tienen la habilidad de confundirse con su entorno?
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