¿Alguna vez intentaste caminar sobre una capa profunda de nieve? Es casi imposible. Con cada paso que das, te hundes en la nieve. Puede que hoy en día esto no sea un gran problema. Hoy, cuando nieva, podemos quedarnos dentro, pero hace miles de años eso no era posible. Para sobrevivir, el ser humano necesitaba cazar y desplazarse por la nieve. Por suerte, el ser humano ideó una solución para este problema. Creó raquetas de nieve que le permitían caminar sobre la nieve. En la actualidad la gente sigue usando raquetas de nieve o tecnologías similares para desplazarse por la nieve.
Con las raquetas de nieve, se disminuye la cantidad de presión que una persona aplica a la nieve al pisarla. La presión es la cantidad de fuerza por unidad de superficie. La fuerza viene de tu peso [la fuerza ejercida sobre un objeto debido a la gravedad]. No puedes modificar tu peso, pero sí la superficie sobre la que se aplica la fuerza. Las raquetas son mucho más grandes que tu pie, por lo que distribuyen la fuerza de tu peso en una superficie más grande y, en consecuencia, se aplica menos presión sobre la nieve. En vez de hundirte en la nieve, ¡flotas sobre ella!
Las tablas de snowboard, los esquís y los trineos utilizan la misma técnica. Gracias a su gran superficie, aplican menos presión sobre la nieve y por eso no te hundes en ella.
Los animales que viven en lugares donde cae mucha nieve presentan adaptaciones que les permiten sobrevivir en sus hábitats nevados. Por ejemplo, el lince canadiense y el tigre siberiano tienen patas anchas y peludas que se comportan como raquetas de nieve y evitan que se hundan en la nieve.
Y tú, ¿qué piensas? ¿Qué relación crees que existe entre el tamaño de las raquetas de una persona y su peso?
Photo Credit: (t)Henn Photography/Image Source, (b)Nate Berg/ USFWS