Una especie de almeja de hace 30,000 años ya no está extinta 

En el sur de California se han encontrado almejas de la especie Cymatioa cooki que se creía extinta.

Las playas californianas son un lugar excelente para buscar conchas. A veces, las conchas se vacían y se rompen en pedazos más pequeños. Otras veces, las conchas están intactas y dentro de ellas vive un organismo. Eso fue lo que pasó hace poco cuando un ecólogo marino encontró una almeja pequeña y translúcida con vida en su concha. A esta almeja, conocida como Cymatioa cooki, se la creía extinta. Esta almeja es un tipo de molusco. Los moluscos son animales de cuerpo blando y sin columna vertebral. Algunos moluscos, como las almejas, están protegidos por una concha de dos partes unidas por una bisagra. Las almejas tienen dos músculos, uno en cada parte de la concha, que la mantienen cerrada. Las almejas también tienen un “pie” fuerte y musculoso que sobresale de la concha. Las almejas usan esta parte del cuerpo para desplazarse y enterrarse en la arena y el barro.

A la Cymatioa cooki la encontraron escondida en una zona rocosa frente a la costa del sur de California. Los científicos e investigadores recorren a menudo estas costas en busca de vida marina que puedan estudiar. El ecólogo marino que descubrió los pequeñísimos puntitos blancos explicó que no es frecuente encontrar vivas especies que solo se conocen a partir de un registro fósil. Y los micromoluscos como estos son difíciles de encontrar debido a su tamaño. Cuando el ecólogo examinó la almeja, vio que su concha medía 0.4 pulgadas. Esta descripción coincide con la de fósiles de una especie de almeja “extinta” de hace miles de años. Los investigadores seguirán estudiando la Cymatioa cooki para comprender su hábitat, por qué abandonaron el sur de California y cómo volvieron a entrar en la región.

Y tú, ¿qué piensas? A algunos animales marinos solo se los conoce por sus fósiles. ¿Qué pueden aprender los científicos de los fósiles? ¿Por qué son importantes los fósiles?

Photo Credit: Jeffrey H. R. Goddard