Según a quién le preguntes, la respuesta será distinta. Tanto en el bosque como en la ciudad, la ardilla gris oriental es una de las especies más comunes que hay en Estados Unidos. Es divertido verla saltar y juguetear, pero ¿beneficia o daña el medio ambiente?
En la ciudad, la ardilla gris suele considerarse una plaga. En las zonas urbanas, llega al extremo de saquear los comederos de pájaros. Esto molesta a los observadores de aves que quieren atraer a sus amigos alados a sus patios. Se sabe también que la ardilla muerde el cableado eléctrico y así daña los vehículos. También construye su madriguera en los edificios. ¡Esto puede traer muchos problemas! Aumenta el riesgo de incendios y se interrumpe el servicio eléctrico cuando se deben hacer reparaciones.
A pesar de los estragos que causa, esta ardilla tiene un papel importante en la regeneración de los bosques. El hábitat natural de la ardilla gris son los bosques caducifolios. En estas zonas, hay muchos árboles de hoja ancha, como robles, hayas y olmos. La ardilla gris oriental es acaparadora. En el mundo animal, “acaparar” significa esconder comida para comerla luego. En los meses de más calor, abunda el alimento. En los meses de más frío, escasea el alimento. Algunos animales hacen planes con tiempo para asegurarse de tener comida luego.
La ardilla gris oriental no hiberna y, por eso, debe almacenar alimento para el invierno. A diferencia de la ardilla roja, la cual esconde su comida en un solo lugar, la ardilla gris esparce lo que acapara. Un animal que esparce la comida la almacena en muchos escondites diferentes dentro de su territorio. La ardilla gris oriental usa el sentido del olfato y la memoria espacial para volver a hallar los escondites donde enterró su comida. Sin embargo, ¡no la encuentra toda! Muchas nueces no las recupera jamás. Estas nueces olvidadas pueden llegar a convertirse en árboles.
Y tú, ¿qué piensas? ¿Son amigas o enemigas las ardillas grises?
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