En 2006, los apicultores se encontraron ante un misterio. Cada vez desaparecían más abejas de sus colmenas. Los científicos también notaron que en la naturaleza las abejas también desaparecían. A este fenómeno se lo conoció como el problema de colapso de colonias.
Una baja de la población de abejas tiene un grave efecto en la Tierra porque las abejas polinizan otras plantas. Es decir, las abejas ayudan a las plantas a cultivar plantas nuevas. Las abejas polinizan uno de tres cultivos alimentarios del mundo. Los científicos decidieron buscar la causa del problema de colapso de colonias. En vez de encontrar una sola causa para el problema de colapso de colonias, encontraron muchas.
Las abejas recorren grandes distancias para obtener alimento de las flores y los cultivos. Luego los llevan a sus colmenas. Para hacerlo, dependen de sus sentidos, su memoria y su capacidad de aprender sobre el mundo que las rodea. Si tan solo una de estos factores falla, es posible que no encuentren alimento. Incluso si encuentran alimento, es posible que no encuentren el camino de vuelta a la colmena.
En los últimos 100 años, la cantidad de factores que pueden fallar ha aumentado considerablemente. Los seres humanos trasladan colmenas por todo el país. A veces se crían abejas para que polinicen un solo tipo de cultivo. Pero estas no obtienen todos los nutrientes que necesitan. Estas prácticas afectan la capacidad de las abejas de conseguir alimento. Además, el desarrollo de las abejas se ve dañado por muchos pesticidas [sustancias químicas que usa el ser humano para proteger los cultivos de insectos dañinos] y parásitos [organismos diminutos que obtienen comida a costas de sus huéspedes].
Y tú, ¿qué puedes hacer? No hay una sola respuesta sobre cómo salvar a las abejas. Sin embargo, puedes hacer cosas para mejorar el mundo que las rodea y así ayudarles. Puedes plantar flores libres de pesticidas en tu jardín. También puedes apoyar políticas gubernamentales que ayuden al medioambiente.
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