El 27 de enero es el Día de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto. Ese día recordamos la tragedia del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. En esta fecha, también pensamos en los héroes de la Segunda Guerra Mundial, aquellos que arriesgaron su vida para ayudar a gente y a lugares amenazados.
Waclawa Zak nació en Polonia en 1928. De niña, su vida era parecida a las de muchas niñas de hoy. Se iba de vacaciones con su madre, su padre y su hermano mayor. Cuando tenía seis años, se unió a un grupo de niñas scout. Allí ella y sus amigas aprendían cómo orientarse en el bosque de las afueras de su ciudad, Varsovia. A las niñas se les enseñaba a respetar a los demás y a amar a su país. Sin embargo, cuando los nazis invadieron Polonia en 1939, las niñas scout empezaron a realizar actividades totalmente diferentes. Zak aún recuerda cuando escuchó por la radio la inesperada noticia del bombardeo de Varsovia.
En otoño de 1940, los nazis crearon un gueto en Varsovia. Trasladaron una enorme población de judíos a una zona pequeña de la ciudad. Las condiciones de vida en el gueto —la falta de comida, la superpoblación extrema y la insalubridad— terminaron con la vida de miles de judíos. Dentro del gueto, sus habitantes oponían resistencia a los nazis. Registraban los delitos que cometían los nazis contra los judíos. Algunos luchaban contra los nazis para que no los enviaran a los campamentos de prisioneros en Polonia.
Mientras los judíos vivían encerrados en el gueto en condiciones espeluznantes, en Varsovia había un grupo de personas que intentaban ayudarles. Waclawa y su familia, entre otros, formaban parte de una organización “clandestina”. Actuaban en la clandestinidad. “Clandestinidad” significa que llevaban a cabo actividades en secreto. Las niñas scout aprendían a atender heridos y a ayudar a la gente a buscar un lugar seguro donde quedarse. El padre de Waclawa editaba periódicos secretos para difundir noticias en la ciudad y ayudar a organizar a otros opositores. Su madre llevaba comida al gueto y la pasaba a través de la cerca. El hermano mayor de Waclawa llevaba armas a los opositores. La policía alemana lo capturó y envió a un campo de concentración [un lugar donde están encarcelados un gran número de personas] llamado Auschwitz. Por suerte, él pudo sobrevivir y recuperó la libertad cuando terminó la guerra. La familia participó activamente en el movimiento clandestino de la resistencia. Como dijo Waclawa, “Las cosas estaban cambiando, y nosotros también con ellas”.
El movimiento de la resistencia dio lugar a un alzamiento. Entre agosto y octubre de 1944, los combatientes polacos de Varsovia intentaron echar al ejército alemán de la ciudad para volver a tenerla bajo su poder. Las luchas duraron 63 días. Durante ese tiempo, Waclawa atendió a los heridos de las luchas. Ella tenía solo 16 años. Sobre esa época recuerda: “Lo que importaba era sobrevivir y cuidar a la gente”. El alzamiento no tuvo éxito. Las fuerzas del ejército polaco se dieron por vencidas cuando se quedaron sin suministros. El ejército alemán destruyó la ciudad de Varsovia. Sus habitantes huyeron o fueron expulsados. Waclawa fue separada de sus padres. Al final, gracias a la Cruz Roja, la familia pudo reunirse. Waclawa luego asistió a la universidad, se casó y se mudó a Estados Unidos. Waclawa vive hoy en Wisconsin. Su hermano mayor vive en Chicago. Ambos cuentan sus historias sobre los horrores que presenciaron en Varsovia y sobre las personas que intentaron ayudarles.
Y tú, ¿qué piensas? Imagina que tuvieras la posibilidad de conocer a Waclawa Zak. ¿Qué te gustaría preguntarle sobre cómo fue vivir en Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial?
TEXT: Waclawa Zak, interview by Jillian Zak Chandler, December 23, 2019. PHOTO: Jillian Zak Chandler;